Por tiempo limitadísimo, vamos. Una y no más. Luismi se cuela en el número de 'El Jueves' de esta semana dedicado a la institución monárquica. Pero tal cual reaparece huye despavorido ante la esperpéntica visión trasera de Juan Antonio Reig, el obispo de Alcalá de Henares, que borracho de atención mediática a seguido echando leña al fuego para que no le dejen de nuevo a solas con su infierno particular. Pobres oriundos de dicha localidad, que no han hecho nada para que se asocie su ciudad al nombre del teletubbie católico.
Déjeme en paz con mi enfermedad, me va divinamente con ella, es crónica como mi locura y no requiere de fármacos ni torturas médicas, sólo unos frotamientos y muchos mimos.
¡Y que le follen, padre!